La Sierra de Guadarrama ha sido de siempre un lugar especial para mí. Es en ella donde hice vivac por primera vez, donde aprendí a escalar y también donde descubrí el que entonces se convertiría en mi deporte favorito: el esquí de travesía. Aprendí tarde y hasta el 2019 no me puse unos esquís por primera vez, por lo que no pude vivir la 'época dorada' del esquí en esta sierra. Empezar a esquiar en Guadarrama en el siglo XXI implica en la mayoría de ocasiones portear los esquís y saber sortear piedras, condiciones desde luego repulsivas para el esquí. Sin embargo, a pesar de tener que aprender bajo las consecuencias del cambio climático, siempre encontré fascinante esquiar en esta sierra. Desde mi perspectiva las condiciones cada año peores se habían convertido en un desafío para poner a prueba la creatividad. Me encantaba pasar horas mirando mapas satélite para ver dónde se situaban los mayores neveros, diseñar rutas para tratar de portear lo menos posible y mirar cada día la previsión y las webcams a la espera de la próxima nevada. En cierta manera lo encontraba divertido e incluso todo ese esfuerzo para buscar una nieve cada vez más escasa hacía que adquiriera más valor en mí, es como si se tratara de una búsqueda del tesoro, un recurso efímero y preciado...
Es así como poco a poco fui descubriendo rincones, en ocasiones acompañado de grandes amigos y en otras solo. El tamaño de esta sierra no es abrumador por lo que casi sin quererlo me di cuenta de que había adquirido un gran conocimiento de su geografía en poco tiempo. Tras estar también viviendo temporalmente en lugares propicios para el esquí como fueron Sierra Nevada y Laponia, pude progresar en el esquí de travesía y cada vez que volvía a Guadarrama sentía que las líneas que antes parecían imposibles se convertían en objetivos realistas. Es así como llegó el momento de plantear un último proyecto en la Sierra de Guadarrama: la temporada 2023-2024 iba a ser la última temporada que iba a pasar viviendo junto a la sierra antes de marchar de nuevo a un lugar con más nieve, así que decidí tratar de sacar todo el tiempo posible para esquiar las líneas que tenía pendiente y documentarlo durante el proceso.
El proceso de esquiar las líneas fue lento y en ocasiones incierto ya que algunas de ellas requieren de condiciones de nieve suficientes para que se formen. Poco a poco se fueron tachando de la lista y tras cada línea realizada se hacía una descripción de las mismas. El objetivo era crear una base de datos con los atributos más relevantes de cada línea:
Macizo: macizo o grupo montañoso al que pertenece la línea.
Pico: montaña en la que se sitúa la línea.
Ladera: ladera de la montaña en la que se sitúa la línea.
Línea: nombre de la línea
Altura (m): elevación a la que comienza la línea.
Desnivel (m): desde el punto de inicio hasta el fin de la línea.
Orientación (N, S, E, O)
Dificultad: se ha valorado según la escala toponeige (también conocida como escala S). La escala toponeige gradúa la dificultad del S1 (más fácil) al S5 (más difícil) y luego añadiendo decimales para más detalle. La dificultad por tanto queda descrita de la siguiente forma:
Equivalencias de la escala toponeige.
Exposición: se ha utilizado la escala de exposición, graduada desde E1 (exposición baja, sin riesgo de lesiones) a E4 (exposición muy alta, riesgo de sufrir caídas sin posibilidad de detenerse).
Nieve acumulada: el registro de cuanta nieve acumula fue desde el primer momento una de las piezas clave del proyecto. Al final el esquiador de Guadarrama se ha ido convirtiendo cada vez más en un esquiador de neveros y resulta casi esencial saber qué lineas se podrán bajar y qué lineas no tendrán nieve. Para ello, en base a las observaciones hechas en cada salida y datos históricos se ha clasificado cada línea en función de la acumulación de nieve que puede tener:
Acumulación efímera (❄️): líneas que muy raramente se forman, muchas veces tienes una ventana de pocos días con condiciones suficientes para esquiarla, o en algunos casos puede que ni se llegue a formar si el año es muy malo.
Acumulación baja (❄️❄️): siempre suelen tener nieve en algún momento de la temporada para ser esquiadas, no obstante estas condiciones no suelen ser muy duraderas.
Acumulación moderada (❄️❄️❄️): aquí ya encontramos líneas que suelen acumular bastante nieve, por lo que en días malos si tenéis la energía suficiente para portear los esquís todavía podréis hacer algunos giros.
Acumulación elevada (❄️❄️❄️❄️): lo mejor de lo mejor, líneas que acumulan tanto que incluso se podrían esquiar hasta bien entrada la primavera, para días en los que sólo los más obsesos con esquiar subirían.
En el mapa también aparece la opción de elegir la cantidad de nieve con la que queremos visualizar la sierra. El objetivo de este mapa es que se pueda imaginar dónde se va a acumular la nieve en función de las condiciones que haya en cada momento. Este mapa se realizó con datos reales mediante la recopilación de todas las imágenes del satélite Sentinel-2 durante el periodo (2016-2024). La metodología se resume en los siguientes pasos:
Obtención de las Bandas 3 y 11 del satélite Sentinel-2 (frecuencia temporal: 5 días) para el periodo 2016-2024.
Filtrado de las imágenes por cobertura de nubes, todas las imágenes con cobertura de 40% o superior fueron descartadas para evitar resultados incorrectos debido a la dificultad en algunos casos de diferenciar (incluso usando las bandas 3 y 11) la cobertura nubosa de la nieve.
Con las bandas ya filtradas se calculó el Índice Diferencial Normalizado De Nieve (NDSI), que resulta la combinación de las bandas mencionadas a través de la siguiente expresión:
El resultado es un índice entre 0 y 1 donde los valores por encima de 0,42 son considerados como nieve.
4. Agregación de todas las imágenes, contabilizando así para cada píxel el número de veces que ha tenido nieve de media en un año.
5. Estimación del número de días de nieve: el número de imágenes obtenidas por año es de 73, de las cuales se ha reducido a una media 47,1 imágenes por año tras el filtrado por cobertura nubosa. Para hacer una estimación del número de días se ha supuesto por tanto que existe una imagen válida cada 7,75 días, por tanto si en un año se ha registrado nieve en 5 imágenes de media para un punto concreto, significa que en ese punto hay una estimación de 5 * 7,75 = 38,75 días/año.
Con ello se obtuvo un mapa final de acumulación de nieve en base al número de días, que es lo que ha servido finalmente para elaborar la herramienta de acumulación que aparece en la web:
Mapa de acumulación de nieve de la Sierra de Guadarrama para el periodo 2016-2024.